El calor empezaba a apretar el
mes pasado y me di cuenta de que el aire acondicionado de mi coche no enfriaba.
Llamé al taller más cercano de mi
marca y me pidieron 160 € por hacerme la
recarga del gas, que conllevaba revisión del circuito y alguna cosa más. Me pareció un poco caro así que pensé en pedir una segunda
opinión, como con el médico, a ver si me resultaba más conveniente lo que me
contaban.
El calor se fue y yo me olvidé de
ese tema. La semana pasada, la climatología me devolvió a la realidad y retomé
el asunto con cierta urgencia.
En la misma empresa a la que llamé inicialmente, había ofertas de
recargas de A/A para otras marcas y,
pensando que una recarga de gas es solo una recarga de gas, pregunté si podían ponerle la recarga de la
oferta a coches de marcas distintas, o
sea a mi coche.
Estuve hablando con alguien al
otro lado del teléfono durante media hora. Le dije que mi coche, “seven years
old”, había perdido poco a poco la fuerza refrigeradora, cosas de la edad. Me contó que si no funcionaba es que había fisuras
en el circuito, que el gas no se acababa y tampoco perdía fuerza, estaba claro
que el gas se había fugado por alguna fisura.
Conseguí que entendiera que no quería ninguna revisión
del circuito, que no pensaba que hubiera fugas en las gomas y que estaba
convencida que no había avería eléctrica ninguna.
Le dejé bien claro que el aire acondicionado
no enfriaba nada pero que me arriesgaría a que me pusieran la recarga y
perderla por las posibles fisuras de las gomas. Si eso ocurría ya iría a que me
arreglasen el desperfecto real que
tuviera. Me dio hora para 6 días después.
Ayer era el día y me presento a la hora establecida en el
concesionario. El señor que allí había
me pregunta que si funciona el aire, le vuelvo a decir que no enfría nada.
Me dice que para poder aplicarme
la oferta el aire acondicionado debe funcionar. Le contesto que no es lo que me
dijeron por teléfono y que, puede que yo sea una tía rarisima pero estoy casi
segura de que si estuviera funcionando
no hubiera pedido hora para la recarga.
Le digo que gracias por nada y
salgo de allí haciendo “cagus” por lo bajini y con ganas de zarandear a
alguien.
Ya que estaba por allí, pensando
en no perder del todo la mañana, me presento en MIDAS sin hora. Les pregunto si
ellos podrían ponerme una recarga, cuanto tardarían y qué me costaría.
Una hora y media después, pagaba
45 € y recogía el coche.
¿Es muy grande la fuga?
pregunté. No había ninguna fuga, me
contesta.
Yo, tonta de mi, le cuento que el
gas no se acaba o se cansa, que si no funcionaba es porque se había fugado por
alguna grieta….
Me sonrió y me dijo: váyase
tranquila, nosotros ponemos el gas con un tinte que nos permite ver posibles
fisuras y le aseguro que no las hay.
He pensado en ir a ver al tipo
del concesionario multimarca y decirle que, probablemente por intentar sacarme 80 € más se ha quedado
sin cobrar ninguno. Que tengo freón nuevo y, por lo que me han dicho, es
posible que me dure otros siete años.
Pero, qué demonios; que le den!
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