jueves, abril 12, 2012

LA HABITACIÓN


Salió del ascensor y se dirigió pensativo a la puerta giratoria mientras saludaba con la mano al recepcionista del hotel.
Veía a Julián tras aquel mostrador desde hacía quince años, casi tantos como llevaba él reservando la habitación 39 todos los martes.
Salía pensativo y desconcertado. Ella le había dicho que no.

Después de diecinueve años de relación prohibida, de ocultarse, de mentir a familia y amigos, de nervios de estrés….
Hoy le había llevado la solución, le había ofrecido una nueva vida juntos y a la vista de todos. Hacía ocho meses que Helena había muerto y ya era tiempo de empezar a mostrarse juntos, nadie podría reprocharle a él, un cuarentón todavía bien parecido, que se interesase por otras mujeres, que rehiciera su vida.
Y ella……Ella le había dicho que no.

Dando pequeños sorbos a su copa de vino manchada de carmín, había intentado torpemente hacerle comprender que hace unos años, esa misma petición, la habría hecho gritar de felicidad, llorar de emoción, reír como una loca….
Pero hoy, los rescoldos de su pasión, si bien la llevaban indefectiblemente hasta él todos los martes por la tarde, no eran suficientes para iniciar nada real, nada que pudiera resistir el embate de los problemas que existen más allá de las paredes de esa conocida, aceptada y ya totalmente conquistada habitación