lunes, marzo 05, 2012

Mi hogar eres tú.

22 de Diciembre. Desde el baño, simulando lavarme las manos, la observo hacer la maleta.
Hace ya 23 años que nos casamos y  la he visto hacer eso mismo cientos de veces.
Mi trabajo me obliga a viajar por todo el mundo y vivo en habitaciones de hotel la mayor parte del año. Ella, en algún momento, eligió seguirme, compartir esa vida conmigo.
En ocasiones, entre risas, me ha comentado que hicimos una estupidez al comprar esta casa. Debe ser cierto pues hemos pasado en ella alrededor de 30 días en todo este año.
Su hermana entra en la habitación y se sienta sobre la cama. Le dice que viene a despedirse y le pregunta si no está cansada de esa vida de hotel. Le recuerda que puede quedarse si lo desea, que dentro de dos días es Nochebuena, que toda su familia se reunirá en la casa familiar como tienen por costumbre y que, como ya es habitual, la nombrarán en algún momento y la echarán de menos.
Ella se sienta a su lado y la abraza. Le dice que los regalos navideños para los más pequeños están bajo la cama, que vivir en hoteles no está tan mal, que hay personas en ellos a los que, a fuerza de tratarlos, considera amigos, que en estas fechas todos se esfuerzan en tratarse con cariño, en ser una familia….
Se abrazan y Carmen sale de nuevo de la habitación.
Me siento algo culpable. Me acerco con el neceser en la mano para que lo acomode en la maleta y le tomo la cara. La miro a los ojos como intentando saber lo que no cuenta. ¡La quiero tanto!.
Ella sonríe. Con un movimiento suave se pega a mí y la abrazo. Apoya la cabeza a contra mi pecho y me dice muy bajito que, por lejos que esté, así (con mis brazos rodeando su cuerpo), se siente en casa. Que soy su hogar.