martes, febrero 07, 2012

YUCA


La noche gana terreno y me acerco a la cocina arrastrando los pies para no pisarte. Son actitudes y costumbres que aún conservo.

Se me van de nuevo los ojos a tu rincón y pienso que debería colocar algo allí, ahora está tan vacío!.

Hace tan solo una semana que le abrí la puerta al felpudo cuando lo vi, de refilón, por los cristales de la puerta de entrada al bajar las escaleras. Tiene el mismo color que tú y pensé que, paciente como siempre, esperabas que alguien te abriera para poder entrar.

Recuerdo con nitidez como me mirabas desde la cocina reclamando calladamente tu comida, como ganabas terreno muy poco a poco sobre mi regazo cuando sabías que no me apetecía demasiado que te instalases allí.
También te recuerdo contenta y juguetona, revolcándote en las baldosas de la terraza con los primeros rayos de sol los días de primavera.

Recuerdo cada regalo que me hiciste a modo de pajarillos o lagartijas sobre el felpudo y nuestras divertidas cacerías entre las piedras del muro del jardín.

Todavía puedo verte encima o debajo de los radiadores en los fríos días de invierno o sobre la ropa recién planchada…..siempre encontrabas el mejor lugar de la casa para cada momento.

Te veo elegante y liviana bajar las escaleras a mi lado, tus claras protestas ante Sergio cuando tocaba la flauta, tus hermosos ojos azules….

Lo recuerdo todo y se me escapan aún las lagrimas al pensar en ti pero, de alguna forma, recordarte tan claramente en tus rincones preferidos de la casa que compartimos hace que sienta que no me has abandonado del todo.

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